4 de Mayo de 2006
Se ve la
televisión a altas horas de la noche.
Dos personas
disfrutan de una película de acción.
Una de ellas
baja las escaleras porque nota que la tardanza del otro puede prolongarse.
¿Comerás aquí
abajo?
Si.
¿Necesitas
ayuda?
No. Gracias.
Todo bien por aca.
Ok. Te espero
arriba.
Este suceso me
hizo pensar en el valor de la honestidad. Las relaciones entre hombres y
mujeres –en casi todas las etapas de la vida-, las encontramos complicadas y
muchos dicen, difíciles. Los mayores hacen hincapié en el aumento del nivel de
compromiso que se debe adquirir como una actitud conforme crecemos.
Debemos recordar
primero que hombres y mujeres somos muy diferentes. Cada uno con su mundo, cada
uno con su propia forma de ver la vida, las situaciones, los modos de ser, las
expresiones, en fin. Nadie dijo que equidad fuese lo mismo que igualdad.
Recordando el
popular dicho “cuando un hombre dice no, es no. Cuando una mujer dice no, a
veces es sí”, me pareció sencilla la manera tranquila y llevadera de una
relación que se puede dar entre un hombre y una mujer de estos tiempos.
Hombres, pongan atención a sus mujeres y deténganse un momento a observarlas, o
¿es tan difícil comprender que no nos comprenden?
No es difícil
intentar ceder un poco y conceder un poco. Si ya de por sí la vida de uno mismo
se puede vislumbrar complicada, ¿por qué no tolerar y aceptar? ¿Es en verdad
imposible detenerse un poco y pensarlo dos veces antes de convertirse en un
demonio? Mujeres, evitémonos problemas y demos espacio al hombre que casi
siempre expresa exactamente lo que quiere y no quiere. No hay que leer entre
líneas, es el primer error.
La exasperación
por la cotidianidad y la rutina puede provocar estas reacciones. Pero de igual
manera mucho tiene que ver nuestro propio carácter, nuestra educación, nuestra
esencia como personas.
Cree siempre que
el enamoramiento es la mejor etapa del inicio de un noviazgo. Esto casi nadie
lo puede negar en cualquier parte del mundo. Y si no me crees, vuelve al pasado
de la historia, lee los cuentos, las novelas; mira a Hollywood, ve a tu hermana
o hermano enamorarse; a tus primos, a tus mejores amigas y amigos. El
equilibrio en el carácter es de suma importancia. Y aquí es donde digo ¿por qué
razón no podremos llevar la fiesta en paz?
Lo mejor es
conocerse a uno mismo. Y esa etapa se llega a dar. Yo estoy en ella y estoy
segura que es por naturaleza humana. A todos nos sucede. El preciso momento en
que uno está en plenitud mental y emocional para decir “de esto se trata”. Esto
a fin de cuentas, resulta en una dicha impresionante.