Mostrando las entradas con la etiqueta deseo. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta deseo. Mostrar todas las entradas

18 jun 2024

Que ya viví que te vas

    Con apenas un atisbo de tu mirada, me congelan los ojos penetrantes y ondulados que posees. Ante el olor de tu perfume natural a niño agrandado a fuerza de golpes y vuelto hombre taciturno, no puedo evitar querer tomar tus fuertes manos y besarte hasta no poder respirar más. 

    Todos pasamos por esto: nos ahogamos en la copiosa fragancia de un ser que solo adquiere forma cuando pensamos en "él". ¿Cómo liberarse de la cadena inmoral que nos atrapa en la obsesión descomunal de poseer? 

    Contenida en tu pesar está la llave anhelada de nuestra salvación queriendo salir a mostrarnos que no hay tanto qué temer como lo piensas. Sería verdaderamente absurdo el aislamiento a base de recuerdos cuyo significado puede (y debe) ser redefinido para beneficio de todos. 

    Sombría tal cual árbol que a punto está de cambiar su follaje, mis otoños anuncian cambios y planes en los que no te incluyo más. Pasas con toda intención al callejón de mi pasado efímero del cual estuve profundamente enamorada y ansiosa de vivir a tu lado. 


Umbrío por la pena, casi bruno

Porque la pena tizna cuando estalla

Donde yo no me hallo, no se halla

Hombre más apenado que ninguno.

Pena con pena y pena desayuno

Pena es mi paz y pena mi batalla

Perro que ni me deja ni se calla

Siempre a su dueño fiel, pero importuno.

Cardos, penas me oponen su corona.

Cardos, pernas me azuzan sus leopardos

Y no me dejan bueno hueso alguno.

No podrá con la pena mi persona

Circundada de penas y de cardos

Cuánto penar para morirse uno.

-Miguel Hernández

7 sept 2013

Al diablo

Que quiero, que no quiero. Que me ardes y consumes en lo hondo.
Que tu corazón viene, que posee, toma y se arrepiente.
Que me esperas, que no llegas, que me quedo aquí sentada esperando tu indiferencia.
Mientras tú me contemplas parca, yo me presiento inmensa.
Y tomada por dada, terminas por ser mi culpa y mi desgracia.

Son migajas, querido diablo. Son sobras de tu tiempo las que me otorgas tan ufano.
Son escacez, tortura y engaños.

Que quiero y no quiero tu oscuridad. Que deseo me arrastres a lo profundo, a lo prohibido. Que me atrevo a pervertirme, a doblegarme, a que hagas de mi lo que deseas. Que no me atrevo. Que prefiero la luz de lo divino, lo sereno, lo inocente. Que no quiero perderme, que quiero simplemente desaparecer.






12 jul 2013

A mis 17


Mis horas felices son tu recuerdo de existir. 
Las lágrimas corren, el sudor se prueba. 
Tus ojos son mis alas y tu cuerpo, mi mar. 


                                                                              Tijuana, B.C. 1997.


Que ya viví que te vas

     Con apenas un atisbo de tu mirada, me congelan los ojos penetrantes y ondulados que posees. Ante el olor de tu perfume natural a niño a...