martes, 9 de julio de 2013

Irene

22 de Mayo de 2009
Hola. Me llamo Irene y soy madre soltera.

-Hola Irene-, corean todos los presentes sentados en media luna a los costados de la sicologa de turno.

Irene con sus jeans deslavados pensando angustiosamente mas o menos cada 5 minutos en su hijo que lo habia dejado con la vecina del 45A. Se sienta insegura mientras ve de reojo que su compañero de la izquierda es un hombre mas o menos de su edad. Se veia igual de desgarvado, igual de desvelado, igual de iracundo y sin brillo en su expresión. Se veia infeliz, se veia triste y desolado.

Penso para si misma -esto es un grupo de apoyo para padres y madres solteras, por que estamos todos tan tristes?-.

Qué responder a una pregunta como esta. Como conseguir hilar algun pensamiento coherente si los desvelos estan a la orden de lo que los hijos quieren, desean y se les da por naturaleza. Pobre Irene, nadie le dijo que todo esto pasaria, y sin embargo, se siente eterno porque ademas, durante el dia tiene que irse a trabajar a la oficina en el 5o piso del edificio Babilonia en Reforma y Loreto a 1 hora y media de su casa.

Irene despues de recordar su circunstancia podia tener alguna nocion de responder a su pregunta. Y de pronto la sicologa -Quien desea compartir su historia el dia de hoy?-.

Cielos, otra mas de lo mismo, otra que se parece tanto a todas las demas. Las mismas historias, las mismas emociones, el deshacerse en llanto de la desesperacion por no dormir a su hija de 2 meses. Pobre mujer, penso Irene. Pobre de verdad.

Sinceramente no prestaba mucha atencion a lo que las demas personas en el grupo contaban. Seguia pensando en su hijo con la vecina del 45A.... tan pequeñito, tan indefenso, tan solito.... al momento que interrumpe su mente en cuestionamientos -Y yo que? Donde quepo yo en todo esto?-, penso para si.

-Me gustaria que reflexionaran en la siguiente idea-, dice la sicologa.
-" Yo me llamo (equis). Yo soy producto de mis decisiones y las circunstancias que me creo por y para mi mismo. Yo estoy aqui porque decidi estarlo."

-Pero que esta diciendo esta mujer?? Como se atreve? Yo no me quise embarazar, yo no quise ser mama, yo no quise nada de todo esto. Yo no pedi encargarme de una criatura-.

Irene se quedo callada en sus pensamientos y se remonto a la mañana hacia poco mas de un año cuando conocio a Jorge, aquel chico a quien le brillaron los ojos mientras cruzaban miradas en la conferencia de prensa del candidato de su partido favorito.

Jorge Ugalde, el arranca suspiros... asi le decian en la oficina Babilonia de Irene. Un prometedor camarografo de la televisora nacional, lleno de esperanzas, de planes, de aventuras por vivir, de sitios que ver y sucesos que captar con su camara. El creia eternizarse cuando tomara video de lo mas asombroso jamas visto por el hombre, sin saber donde, ni cuando, ni como lo haria, pero el estaria ahi.

Esos ojos, esa sonrisa, esa expresion. Todo lo que Irene podria pedir de un hombre con quien estar, con quien vivir, con quien compartir.

Pero no. Todo fue demasiado perfecto desde el principio. Todo fue ideal, todo fue fabuloso. Un cuento de hadas, un suspiro que duro 6 meses hasta que la realidad les cayo como balde de agua helada.

-No me puedo quedar, Irene. Lo siento, pero no puedo. Eso que dices querer tener, no me pertenece y no puedo hacerme responsable. Nada mas no puedo. Soy muy joven para ser atado-.

-Cobarde, malnacido, irresponsable, poco hombre.... bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla...!-

Si, la sicologa tenia razon: "estoy aqui porque asi lo quise". Fue toda una revelacion para Irene. Fue lo peor que le pudo pasar, pero a la vez la hizo mujer, algo en su interior la hizo sentir aliviada. Un enorme peso se le habia caido de encima. No sufria mas, no se sentia perdida como cuando cruzo el umbral de la puerta de la sala donde se encontra sentada en media luna hacia poco menos de 1 hora.

Se sintio como si un huracan saliera de su estomago y fuera creciendo en magnitud y altura, en densidad y fuerza. Recordo a su hermoso hijo Rodrigo con la vecina del 45A. Quiso correr y llorar. Quiso gritar y llorar. Quiso sonreir y llorar. Porque aunque tuviera en sus manos su destino, la incertidumbre siempre presente la haria temblar.

Pero el tiempo lo cura todo. El amor que se dio cuenta tener por su bebe sobrepasaba todo mal, toda barrera, todo coraje, toda preocupacion. Ahora Rodrigo era su destino. Ahora corre apresurada. Corre gustoza a retomar su camino.

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