martes, 9 de julio de 2013

Dos Semanas

5 de Septiembre de 2005
En momentos apasionada por tenerte, desvelos incontrolados e
impulsivos. Explosiones de ardor y comenzón en un cuerpo que extraña a
otro cuerpo. Así se pasaron dos semanas, anhelando la caricia, la
cercania, el candor de un amor joven que no sabe con certeza su
futuro y sin embargo, se sueña con tener algun esperanzador final.
El regreso de un amante sin mesura, deseos de compañía, de abrazo
oportuno, de besos inoportunos. Creyendo en la luna infinita,
queriendo, deseando, amándose a sí misma pensando en el momento del
volver.

Dos semanas, amor mío. Dos semanas sin la ayuda de las ideas, de la
cordura, del sueño tranquilo y sereno. Dos semanas de locura, de
extrañeza, de pereza. Dos semanas de celos incontrolados, de caminos
rebuscados en los que sólo se piensa en posesión de ese ser amado.
Y al volver, al retornar sano y salvo, puro y deseoso de ese olor a
alcoba personal, la pasión se enciende con retazos de tormena y
mientras, la naturaleza, daba un SI como respuesta a las preguntas.

En la penumbra se redescubren amantes, se saben y reconocen amados, se
reafirma lo innombrable, lo inasible, lo etéreo. Entre lágrimas se
sostienen uno al otro, lágrimas de insoportable dolor en el pecho.

La incertidumbre no muere, empero, llenos de deseo, de compromiso y
esperanza, se siente el querer en el ambiente. Se respira a
cotidianidad, a costumbre, a deseos de morir en el intento para que
algo bueno resulte de esto.

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