sábado, 7 de septiembre de 2013

Al diablo

Que quiero, que no quiero. Que me ardes y consumes en lo hondo.
Que tu corazón viene, que posee, toma y se arrepiente.
Que me esperas, que no llegas, que me quedo aquí sentada esperando tu indiferencia.
Mientras tú me contemplas parca, yo me presiento inmensa.
Y tomada por dada, terminas por ser mi culpa y mi desgracia.

Son migajas, querido diablo. Son sobras de tu tiempo las que me otorgas tan ufano.
Son escacez, tortura y engaños.

Que quiero y no quiero tu oscuridad. Que deseo me arrastres a lo profundo, a lo prohibido. Que me atrevo a pervertirme, a doblegarme, a que hagas de mi lo que deseas. Que no me atrevo. Que prefiero la luz de lo divino, lo sereno, lo inocente. Que no quiero perderme, que quiero simplemente desaparecer.






domingo, 28 de julio de 2013

El lazo infinito

Y eso que? Hoy si, manana no, de a ratos, de lejos. Se pasean con indiferencia y superioridad. Galantes de libertad, horario y marmaja. Si aquel vive su verdad, va a la moda o tiene trabajo, a quien le importa al final.
Los atrapados, los responsables, los serios, los que viven con la carga a cuestas y se vuelven esclavos. A estos les importa. Al principio cuesta; la hora, el tiempo, el egoísmo, la actitud correcta, la sonrisa, el apego, el sacrificio. Y viven sonantes y atentos al llanto del otro y del pequeño.
A veces del ahogo, a veces del enojo. Pero miles otras de la sonrisa y del asombro se obtiene la palabra o el silencio. Pero es más la responsabilidad con su mundo que trae el apego y la entrega.
No se abandona, no se trastoca y se vuelve una union sagrada e inamovible. El lazo infinito. El estar ahi siempre.